Dentro del Proyecto de Ley de presupuesto que aprobó el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de EEUU el miércoles, se incluye un impuesto de un 5 por ciento a la transferencia de remesas, lo que afectaría a una gran cantidad de migrantes que envían dinero a sus familias fuera del país, incluidos los cubanos.
Existen excepciones para quienes se identifiquen como ciudadano o nacional estadounidense y utilizen un proveedor de transferencias que haya firmado un acuerdo de cumplimiento con el Departamento del Tesoro para realizar dicha identificación y verificación.
Según un reporte de The Associated Press, el impuesto afectaría a más de 40 millones de personas, incluidos los que tienen permisos de residencia permanente o visas de no inmigrante.
El Proyecto de Ley aún tiene que ir a votación en el pleno de la Cámara de Representantes.
Las remesas constituyen la segunda fuente de ingresos de Cuba, por detrás de la exportación de servicios médicos y por delante del turismo.
En el 2023, Emilio Morales, economista del centro de análisis Cuba Siglo 21, con sede en Miami, dirigió un estudio sobre las remesas en Cuba como soporte financiero de la subsistencia de la población de la isla. Según la investigación, ese año el envío de remesas a la isla habría alcanzado los 1,972 millones de dólares.
Morales destacó que el entramado militar, establecido por el Grupo de Administración Empresarial S.A., GAESA, ha apuntalado a un régimen en decadencia y en quiebra para apropiarse de las remesas.
Recientemente, el representante republicano por la Florida, el cubano Carlos Giménez, pidió al Secretario del Tesoro, Scott Bessent, suspender las remesas y viajes a la isla, con excepción de algunos casos humanitarios, enfatizando que una de las formas más efectivas de ahogar al regimen es a través de sanciones económicas que impidan el flujo de recursos hacia las arcas del gobierno cubano.
Sus críticos argumentan que estas medidas solo contribuirán a agudizar la crisis humanitaria en la isla.
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